sábado, 25 de abril de 2009

Semonides 8- El catalogo de las mujeres

Un dios creó la mente de la mujer de manera divergente desde el principio. A una la creó a partir de una cerda de crines largas para quien todas las cosas de la casa yacen manchadas con suciedad desordenadamente y ruedan por el piso. Ella misma sucia con vestidos sucios engorda sentada en medio de la mugre.

Una divinidad hizo a la otra a partir de una astuta zorra, mujer conocedora de todas las cosas. Nada de lo malo ni de lo bueno estaba oculto para ella. Pues a menudo dice que algo es malo, y a veces le dice bueno. Posee a veces una forma de ser otras veces otra forma.

La tercera la creó a partir de una perra , mala , igual a la madre, la que quiere escuchar todo y saber todo, y mirando a todas partes y dando vueltas ladra aunque no la vea nadie. Y el marido no podría detenerla ni, si encolerizado, le bajara los dientes, ni, si le hablase dulcemente, ni siquiera, si por casualidad, estuviera con amigos. Constantemente ella tiene una cháchara inútil.

Los olímpicos, modelando a otra a partir del barro, entregaron al hombre lo imperfecto, pues una mujer tal nada conoce ni de lo bueno ni de lo malo. Tan solo sabe comer como único acto. Ni si una divinidad crease un crudo invierno, tiritando de frío arrastraría su silla más cerca del fuego.

A otra del mar la creó,la cual tiene un comportamiento doble en su inteligencia. Unas veces se ríe y está contenta. Un extranjero viéndola diría “ no existe otra mujer mejor que ésta entre todos los mortales". Y al otro día es inaguantable. Ni mirarla a los ojos, ni acercarsele. Enloquece, de repente, entonces irritable como una perra alrededor de sus cachorros, amarga y sin sentimientos para nadie se torna igual para los amigos y los enemigos. Como el mar a menudo está calmo sin temblores, gran alegría para los navegantes, en la estación del verano, y a menudo, se enfurece exacerbándose con olas de profundas resonancias. La mujer de tal clase se parece a al mar en cuanto a su forma de ser, porque el mar posee una naturaleza de doble talante.

La sexta surgida de una burra gris y castigada, la que no solo con la necesidad sino también por las amenazas que recibe trabajosamente acepta en verdad todo y trabaja gustosamente. Y entre tanto , por un lado come en un rincón a la noche , y se la pasa junto al hogar durante el día, del mismo modo acepta a cualquiera que llega para la relación erótica.

La séptima nacida a partir de la comadreja estirpe desgraciada y triste, pues ella no tiene nada bello , ni deseable , nada agradable , ni digno de ser amado. Esta loca por la cama, y le da náuseas hasta a su marido cuando está presente. Robando hace mucho daño a los vecinos y con frecuencia devora las presas consagradas al sacrificio.

En cuanto a la octava, bella yegua de largas sus crines, evita los trabajos esclavos y la miseria, ni tocaría la piedra del molino ni levantaría un cedazo, ni arrojaría la mugre fuera de la casas, ni se sentaría al lado del horno evitando el oyín. La necesidad hace al hombre su amante. Lava su suciedad todos los días, unas veces dos, otras veces tres y se unge con perfumes, siempre lleva el pelo bien peinado, abundante, coloreado con flores. Bello espectáculo, por cierto, una mujer tal para los otros, para el que la tiene se torna una desgracia; a no ser que alguien que sea un politico o un rey, cualquiera que vanaglorie su alma por tales rasgos.

A la novena, Zeus la envió a los hombres, decididamente como el mal más grande, mona de rostro vergonzoso. Una mujer tal va a través de la ciudad como burla para los mortales todos. Apenas se mueve de cuello corto, sin rabo y de miembros esqueléticos. Oh, desgraciado hombre quien estreche entre sus brazos tal mal. Por cierto conoce todos los proyectos y las artimañas como la mona que es y no le importa la burla. No hace bien a nadie sino que analiza y trama cosas a lo largo de todo el día como poder hacer un mal grandísimo a alguien.

A la décima de una abeja alguien es feliz consiguiéndola. Pues a ella sola la murmuración no se le acerca y gracias a ella florece y crece la vida, y ella amante va envejeciendo junto a su esposo amante, habiendo engendrado una familia bella y de buen nombre. Por un lado, es también distinguida entre las mujeres todas. Por otro, nosotros la rodeamos cual gracia divina. Ni le agrada estar sentada entre las mujeres donde cuentan historias amorosas. Mujeres tales a los hombres Zeus obsequia como gracia , las mejores y las mas discretas. Y las otras especies estas existen todas junto a los hombres por engaño de Zeus. Pues Zeus creó este enorme mal, las mujeres. Y aunque parecen ayudar, ciertamente ocurre al que la posee un mayor mal. Nunca marcha todo el día contento quien con una mujer está, ni rechazaría rápidamente al hambre de la casa que convive como enemigo, divinidad funesta. Cada vez que un hombre crea estar de buen talante por la casa, la moira de un Dios o por la gracia de un hombre, se arma ella para el combate encontrando una fechoría. Pues en donde hay una mujer ni siquiera los hombres recibirían benévolamente al extranjero que llega de improviso a la casa , y lo cree ciertamente prudente en gran medida, ella precisamente corrompe todo. Pues boquiabierto el hombre, los vecinos se divierten viéndolo tambien como se equivoca. Y cada uno alabará a la mujer recordando la suya propia , pero se burlará de la del otro. No tenemos conciencia de tener la misma moira. Pues Zeus creó esto como un gran mal y lo hizo una cadena indestructible de eslabones a partir de que el Hades recibió a los que pelean a causa de la mujer.

Catulo 1

¿A quien regalo mi ingenioso librito nuevo
pulido así con la seca piedra pómez?
A vos Cornelio, pues solías considerar que mis tonterías eran algo
ya entonces, cuando vos, el único entre los itálicos, te atreviste a narrar todo el pasado en tres doctos y trabajados libros.

Por eso, tomá este insignificante librito, valga lo que valga.
¡Oh, virgen protectora, que permanezca sin ajarse más de un siglo!

Catulo 22

El Suffeno ese, Varo, a quien conocés perfectamente bien, es un hombre encantador y mordaz y urbano y además escribe muchísimos versos. Yo pienso que mil o diez mil o muchos más tiene escritos, y no transmitidos, en un palimpsesto, tal como se suele hacer: hojas regias, libros nuevos , nuevos cilindros, correas rojas de pergamino, todas enderezado con plomo y emparejado con piedra pómez.

Cuando los leas, ese Suffeno encantador y urbano parecerá por el contrario un ordeñador de cabras, un cavador de tumbas: tanto repugna y cambia. ¿Qué podríamos pensar que es esto? Quien hace poco parecía fino, si existe algo más banal que eso, es más inculto que un campo inculto, ni bien apenas toca los poemas; y él mismo nunca es tan feliz como cuando escribe un poema: tanto se regocija en sí y tanto él se admira a sí mismo .

Evidentemente de la misa manera todos nos engañamos, y no existe ninguno a quien, en algún sentido, no puedas ver como a un Suffeno. A cada cual se le ha atribuido su propio error, pero no vemos lo que hay en la alforja que llevamos en la espalda.

Catulo 48

Tus ojitos de miel, Juvencio, si alguien me dejará besarlos sin detenerme, los besaría hasta trescientas veces, y no me parece que me fuera a sentir harto jamás, no, aunque la cosecha de nuestros besos fuera más fecunda que la mies de secas espigas

Catulo 16

Yo me les voy a romper el culo y voy a hacer que me la chupen,
a vos, Aurelio, culo roto y a vos, Furio, que sos un puto loca.

Ustedes, que de mis versitos, porque son delicaditos,
opinaron que yo era un putito.

El poeta en persona debe ser respetuoso y recatado,
pero no hace falta que lo sean sus versitos
que finalmente tienen sal y pimienta
si son delicaditos y desvergonzados,
y sí también pueden provocar aquello que excita,
no digo a los jóvenes, sino a esos viejos peludos
a los que no se les para la pija.

Ustedes, porque leyeron mis “muchos miles de besos”
¿me creen menos macho?

Yo me les voy a romper el culo y voy a hacer que me la chupen.

Catulo5

Vivamos, Lesbia mía, y amemos,
que los rumores de los muy severos viejos
todos juntos no valgan ni un centavo para nosotros.
los soles pueden morir y renacer,
una vez que muera una breve luz para nosotros,
una única noche eterna nos queda dormir.
dáme mil besos, luego cien,
luego otros mil, por segunda vez cien,
después hasta otros mil, luego cien...
luego cuando sumemos muchos miles,
los confundiremos para no saber,
ni para que ningún maldito pueda envidiarnos
cuando sepa que son tantos besos.

Marlow! Vení a vivir conmigo y sé mi amante

Vení a vivir conmigo y sé mi amante
Y probaremos todos los placeres
Que valles, arboledas, colinas y campos,
Bosques o empinadas montañas ceden.

Y nos sentaremos en las rocas
Viendo a los pastores y a sus rebaños pastando
A la vera de ríos poco profundos en cuyas cascadas
Melodiosas aves cantan madrigales.


Y haremos un lecho de rosas
Y miles de ramilletes fragantes,
Y una corona de flores, y un vestido
Bordado con todas las hojas de un mirto.

Y una túnica hecha de la más fina lana
Que hilamos de nuestros hermosos corderos,
Y zapatillas de finas líneas para el frío;
Con hebillas de puro oro.

Un cinturón de paja y pimpollos de hiedra,
Con un broche de coral e inscrutaciones de ámbar:
Y si estos placeres te conmueven
Vení a vivir conmigo y sé mi amante.

+++++++


Este es un poema gay, y no le esta hablando a ninguna ninfa, le esta hablando a un pastorcito al cual quiere travestir.

Día perfecto- Lou Reed

Tan sólo un día perfecto
Tomar sangria en el parque.
Luego más tarde cuando se ponga el sol
iremos a casa .

Tan sólo un día perfecto
alimentar a los animales en el zoologico
luego más tarde
una película también
y luego a casa.

Oh que día tan perfecto
me alegra haberlo pasado con vos
hacés que me mantenga ocupado.

Tan sólo un día perfecto:
sin problemas
los fines de semana para nosotros solos
cuanta diversión.

Tan sólo un día perfecto:
hacés que me olvide de mi mismo
pensé que era otro
alguien bueno.

Oh que día tan perfecto
me alegra haberlo pasado con vos
hacés que me mantenga ocupado.

Vas a cosechar lo que sembraste.

+++++

A mi siempre me parecio, como casi todos los poemas de Catulo, una ironia esta cancion. O alguien cree acaso, alguien que valga la pena conocer quiero decir, que un dia perfecto es tamaño aburrimiento pequeño burgues?

JOY DIVISION - El amor nos separará

El amor nos separara

Cuando la rutina nos devora
Y las ambiciones son pocas
Y el resentimiento galopa rápido
Pero las emocione no crecen
Y nuestros caminos se bifurcan
Tomamos diferentes rutas

¿Por que está tan fría la habitación?

Te diste vuelta de tu lado
¿Acaso falló mi tiempo?

Nuestro respeto está seco
Sin embargo todavía nos gustamos un poco
Cierto gusto que mantenemos a lo largo de nuestras vidas

Pero el amor nos separará
El amor nos separará nuevamente

Llorás cuando dormís
Todo mi fracaso queda expuesto
Y un sabor amargo aparece en mi boca
Mientras la desesperación avanza
porque algo tan bueno no pueda funcionar más

Pero el amor nos separará
El amor nos separará de nuevo

Poetica de la Traduccion- PJ Harvey

Casi no puedo esperar
Hace ya tanto tiempo
Que perdí el sabor
Decíme “Angel veníte”
Decíme “Chupáme la cara”
Dejá que se caiga tu vestido
Interpretaré mi papel
Abriré la boca grande
Me comeré tu corazón

Casi no puedo esperar
Labios secos partidos
Lengua morada que explota
Decíme “Angel veníte”
Decíme “Chupame la sed”
Hace tanto tiempo
Que ya perdí el sabor
Acá Romeo
Hacé que rompa bolsa

En mi ataúd de cristal
Estoy esperando.

El secreto - Denise Levertov

Dos nenas descubren
el secreto de la vida
en un súbito verso.

Yo que no sé
el secreto escribí
el verso. Ellas
me dijeron

(a través de un tercero)
lo encontraron
pero no cuál era
ni siquiera

qué verso era. Sin duda
ahora, más de una semana
después, se hayan olvidado
el secreto,

el verso, el nombre del
poema. Las adoro
por encontrar lo que
yo no puedo encontrar,

y por adorarme
por el verso que escribí,
y por olvidárselo
para que


mil veces, hasta la muerte
las encuentre a ellas, puedan
encontrarlo de nuevo, en otros
versos


en otro
acontecimiento. Y por
querer saberlo,
por


suponer que existe
tal secreto, sí,
por eso
más que nada

Catulo 51

Semejante a un dios me parece aquél,
si se me permite, mayor aun que un dios,
aquél que sentado frente a vos constantemente
te contempla y te escucha
reir dulcemente.

Por esto, yo me siento miserable,
pierdo mis sentidos,
pues, con solo mirarte, Lesbia,
ninguna voz queda en la boca,
mi lengua se paraliza, una tenue llama
desciende por debajo de mis miembros,
mis oídos retumban con su propio sonido
las lámparas gemelas son cubiertas con la noche.

El ocio, Catulo, te es dañino:
con el ocio te exaltás y te regocijás demasiado,
el ocio perdió antaño reyes y ciudades felices.

Philip Larkin- Sea este el verso

Tus viejos te cagaron
Fue sin querer, pero asi fue.
Te llenaron de sus propias fallas
Y agregaron algunas extras, solo para vos.

A ellos también los cagaron en su momento
Tontos con sombreros y abrigos pasados de moda
La mitad del tiempo era sentimentaloides-severos
La otra mitad se degollaban el uno a la otra.

El Hombre llena de miseria al Hombre.
Se profundiza como geografía costera.
Andate de ahí tan pronto como puedas
Y no tengas nunca hijos.

Catulo 58

Celio, Lesbia mía, Lesbia aquella, aquella Lesbia, la única que Catulo amó más que a sí mismo y a todos los suyos, ahora por las esquinas y los callejones se la chupa a los descendientes del magnánimo Remo

Catulo 35

Al tierno poeta, a mi compañero, a Cecilio, quisiera, papiro, que le digas que venga a Verona, y dejé atrás las murallas de la Nueva Como y las riberas del Lario. Pues quiero que conozca ciertas reflexiones de un amigo suyo y mío. Por eso, si se da cuenta, devorará el camino, aunque una radiante muchacha lo reclame mientras él se aleja, y echándoles ambas manos al cuello le suplique que se quede, la que ahora, si mi información es verdadera, se muere por él a causa de un amor desenfrenado. Pues en el momento que leyó La señora del Díndimo iniciada, desde entonces, el fuego abraza a la pobrecita hasta la médula.
Te perdono, muchacha más sabia que la musa sáfica. En efecto, Cecilio inició Magna Mater de un modo digno de Venus.

Catulo 75

Por tu culpa, Lesbia, mi espíritu fue arrojada hasta aquí, y de tal forma se extravió a si mismo por su fidelidad que ya no puede apreciarte

Catulo 85


Te odio pero te deseo.
Quizás me preguntes por qué lo hago.
No lo sé pero así siento que ocurre y me desgarro.

Catulo 76

Si algún placer tiene el varón que recuerda los favores pasados, cuando medita qué es la honestidad, aquél que ni violó la sagrada confianza ni ningún pacto, ni hizo mal uso del poder de los dioses para engañar a los hombres, entonces muchas felicidades te aguardan a vos, Catulo, preparadas durante una larga vida por causa de este ingrato amor. Pues cualquier cosa que los hombres puedan decir o hacer en bien de alguien, esto lo hiciste y lo dijiste, todo lo cual pereció al ser confiado a una mente ingrata.

¿Por qué te torturás tanto por este asunto? ¿Por qué no endurecés tu espíritu y te retirás de ahí, y dejás de estar triste ya que los dioses se oponen a que lo estés? Es difícil hacer a un lado súbitamente un largo amor. Es difícil pero hacélo, sea como fuere. Esta es la única salvación, esto es lo que debés dominar completamente. Hacélo, puedas o no puedas.

Dioses, si es propio de ustedes compadecerse o si alguna vez proporcionaron a alguien una última ayuda en el momento mismo de la muerte, préstenme atención, triste de mí, y si viví con pureza, arranquen esta peste y este mal de mí, que deslizándose subrepticiamente como una parálisis en lo hondo de mis miembros arrancó la felicidad de mi pecho entero. No pretendo ya que retribuya lo que siento por ella, ni que quiera ser honesta, puesto que no es posible. Deseo curarme yo y hacer a un lado esta funesta enfermedad. ¡Dioses!, concédanmelo a mí por mi devoción hacia ustedes.

Catulo 75

Por tu culpa, Lesbia, mi espíritu fue arrojado hasta aquí, y de tal forma se extravió a si mismo por su fidelidad que ya no es capaz de apreciarte aunque te vuelvas la mejor, ni es capaz de dejar de desearte aunque hagas de todo.

Catulo 72

En otro momento decías, Lesbia, que sólo admitías a Catulo y que ni a Júpiter querrías tener en vez de mí. Entonces me enamoré de vos no como el vulgo desea a su amante, sino como un padre ama a sus hijos y a su linaje. Ahora sé quién sos. Por eso, aunque ardo vivamente, me sos mucho más vil y traidora. Me preguntás cómo es posible. Porque una injusticia tal obliga a desear más pero a apreciar menos.

Catulo 109

Me prometés, vida mía, que este amor nuestro será para siempre feliz del uno al otro. Dioses venerables, hagan que ella pueda prometer de verdad, y que hable sinceramente y de corazón, para que sea posible por el resto de la vida continuar este pacto de sagrada amistad.

Catulo 8 (sin versificacion)

Triste, Catulo dejá de decir estupideces, y lo que ves que se perdió, dalo por perdido.

En otro tiempo, soles radiantes brillaban para vos, cuando a menudo ibas adonde una muchacha te llevaba, amada por mí como ninguna otra va a ser amada. Entonces aquellos muchos goces ocurrían, los que vos querías y la muchacha no negaba.

Verdaderamente, soles radiantes brillaban para vos.Ahora ella no quiere; vos tampoco, desenfrenado, quieras, ni sigas a la que huye, ni vivas triste sino con ánimo perseverante soportá, resistí.

Adiós, muchacha, Catulo soporta, ni te va a requerir ni a rogar contra tus deseos.En cambio vos vas a sufrir cuando nada se te ruegue. ¡Ay de vos, maldita! ¿Qué vida te espera?

¿Quién te va a ir a visitar ahora? ¿A quién le vas a parecer hermosa? ¿A quién vas a amar ahora? ¿De quién se va a decir que sos? ¿A quién vas a besar? ¿De quién vas a morder los labios?

En cambio, vos Catulo, firme, resistí.

Denise Levertov - Plegaria para un amor revolucionario

Que una mujer no le pida a un varón que abandone una tarea significativa para seguirla
Que un varón no le pida a una mujer que abandone una tarea significativa para seguirlo

Que nadie trate de esclavizar a Eros
Y que nadie ponga una vara en las manos de Eros


Que nuestra lealtad del uno por la otra y la lealtad por nuestra tarea
nunca esté en falso conflicto

Que nuestro amor del uno por la otra nos dé amor por la tarea del otrx
Que nuestro amor por la tarea de la otra nos de amor por el otrx

Que nuestro amor del uno por la otra, si fuera necesario
ceda a la ausencia. Y a lo desconocido.

Que podamos aguantar la ausencia, si fuera necesario,
sin perder nuestro amor del uno por la otra
sin cerrar las puertas a lo desconocido.

Safo fragmento 2 (sin versificacion)

Descendiendo del cielo... hacia aquí desde Creta en dirección al templo sagrado, donde hay un agradable bosque de manzanas, y altares que están cubiertos de humo por el incienso .Aquí , el agua fresca resuena a través de las ramas de manzanos y todo el ámbito está ensombrecido por las ramas de las rosas , y un sopor desciende mientras las hojas se estremecen. Una pradera rica en pasto para los ciervos floreció con las flores primaverales y las brisas soplan dulcemente . Aquí vos, ciertamente... después de tomar, oh Cipris, dulcemente en cálices dorados. Comienza a verter el néctar para las fiestas Talicias.

Safo fragmento 1

Inmortal Afrodita del trono multicolor
hija de Zeus, que trenzás engaños, te imploro,
no sometas mi corazón
a tormentos y a angustias, Señora.
Vení, si una vez en otro tiempo
percibiendo mi voz a la distancia
me oías, y abandonando la morada de tu padre,
llegaste resplandeciente
tras uncir el carro
llevado hacia la negra tierra
por hermosos y ágiles gorriones
que arremolinaban sus tupidas alas, desde el cielo
a través del éter inmediatamente, bienaventurada.

Con una sonrisa en tu rostro inmortal,
preguntaste “¿Por qué nuevamente estás sufriendo?
¿Por qué otra vez me estás llamando?
¿Qué deseás más que cualquier otra cosa,
loco corazón? ¿A quién debo persuadir
y conducir hacia tu amor?
¿Quién te daña, Safo?
Si hoy escapa, pronto será la que persegua,
si no acepta regalos, en cambio pronto ellas los dará
si no ama, ya pronto habrá de amar
aun contra su voluntad”

También ahora vení a mí, liberáme
de penas y desvelos. Cuantas cosas
mi corazón quiere, realizalas.
Vos misma combatí a mi lado.

Safo fragmento 31 (no versificado)

Aquel me parece ser igual a los dioses, el varon, sentado frente a vos te escucha de cerca cuando le hablás dulcemente y con placer te reís. Eso hizo aletear mi corazón dentro de mi pecho. Pues tan pronto como hacia vos miro apenas, entonces ya no es posible que emita sonido alguno. La lengua estalla en pedazos silenciosamente y un fuego suave subrepticio por debajo de mi piel corre. Nada veo con los ojos y los oídos me zumban, un sudor frío se apodera de mí y un temblor me captura entera, estoy más verde que la hiedra, parece que falta apenas un poco para que yo muera. Todo es posible de sobrellevar,...

Safo, fragmento 16

Hay quienes dicen que un ejército de jinetes
es lo más hermoso sobre la tierra negra,
hay quienes, uno de infantería, o de naves,
pero yo digo que lo más hermoso es
aquello de lo que una está enamorada.

Es muy fácil hacer que todos comprendan esto
Helena, destacándose por su belleza,
después de abandonar a su esposo,
el mejor de todos, se fue navegando hacia Troya.
y no se acordó de su hija ni de sus queridos padres
en absoluto, sino (alguien) la llevo...

Ahora recuerdo a Anactoria que no estaba presente...
Yo quisiera ver su amable paso
y el resplandor radiante de su rostro
más que los carros de los lidios
y los soldados de infantería con amas pesadas.

Sulpicia

13
¡Al fin llegó Amor! Y llegó con tal fuerza que me da más vergüenza haberlo ocultado que haberlo mostrado. Convocada por mis poemas, Citerea, lo trajo y lo dejó dentro mi falda. Cumplió con su promesa Venus: ¡qué narre mis goces quién no haya tenido los propios!

Hubiera yo querido no enviar nada sino en escritos sellados, para que nadie me los lea antes que aquél que es mío, pero me alegra haber cometido esa falta. Me da asco componer mi rostro por el que dirán. Se dirá de mí que digna estuve con un varón digno.

17
¿Acaso no tenés una honesta preocupación por tu muchacha, Cerinto, puesto que ahora el ardor atormenta mi cuerpo herido? No quisiera vencer esta implacable enfermedad si vos tampoco lo querés. Pero de qué me sirve vencer esta enfermedad, si vos podés soportar mis males con corazón insensible.

18
¿Acaso yo no te soy, luz de mi alma, ardiente pasión como creo que hace pocos días lo había sido? Si alguna vez en toda mi vida cometí una estupidez de la que confiese haberme arrepentido más es de haberte dejado solo anoche para disimular mi propio ardor.



El llamado Ciclo de Sulpicia ha llegado hasta nuestros días en el corpus de poemas del poeta elegíaco Tibulo (siglo a.C) , más exactamente forma parte del libro III de este poeta, y consta de un grupo de poemas (13 al 18) a modo de epístolas literarias breves o epistulae amatoriae. Estos poemas, que son los únicos conservados de una escritura poética de mujer en Roma, se encuentran colocados en Corpus Tibullianum, donde también se encuentran otros 4 poemas (8-12), cuyo autor/autora no conocemos, y que la tienen a Sulpicia como tema y personaje principal. Se supone que el Corpus Tibullianum fue publicado a partir de los “archivos” de Mesala, uno de los grandes mecenas de la antigüedad, como una especie de memorias de la producción de los poetas que tenía a su cargo donde se compilaron los poemas de su poeta más prestigioso, junto a otros poetas. Sulpicia ha sido perfectamente identificada como la hija de Servio Sulpicio Rufo y de Valeria, hermana de Mesala Corvino. Huérfana de padre, su tío, Mesala, fue su tutor, lo que aparentemente le permitió cierta emancipación ligada a la holgura de su condición social sumado al hecho de que estaba en el epicentro de la creación literaria de su momento. Sulpicia presenta otra característica interesante que ha hecho y sigue haciendo confundir las bases teóricas para el análisis de su obra, a saber: la aparición de su firma, “Sulpicia”, de su momento autobiográfico, y la de su amado, “Cerinthus”, al estilo de los elegíacos. ¿Pero se puede considerar la poesía de Sulpicia como autobiográfica? Además su falta de afectación, la sencillez de su estilo y el carácter arcaizante de su lenguaje han hecho que se compare este reducido, pero exquisito corpus, casi desconocido por el público general, con estilo del gran maestro y antecesor de los elegíacos, Catulo, comparación que le juega en contra para discernir está cuestión autobiográfica. Sulpicia pierde en general las características propias del género literario al que pertenece (elegía latina) porque suele ser sacada de ese grupo puesto que es considerada, el mejor de los casos, una autora “menor”.


Estas son re-escrituras mias


Sulpicia

¡Al fin llegaste Amor!

Llegaste con tal intensidad que me es más vergonzoso negarte que afirmarme.
Fingir que nada ocurre.
Me alegra haber cometido esta falta
Revelarlo y gritarlo
Qué los vecinos sepan

Conmovida por mis promesas, te apoyó amor contra mi vientre.
Cumplió con su palabra amor te atrajo hacia mí

No, no quiero confiar esto a la estúpida intimidad de mis notas
¡La que no tenga su historia que narre la mía!

Me da asco componer mi rostro por el que dirán.
Qué se diga entonces: DIGNA DE VOS ESTUVE CON VOS DIGNA.